Desde que lo conocí, soy un apasionado del Storytelling, intento utilizarlo siempre que me es posible, aunque reconozco mis limitaciones, necesita dedicación, tiempo y porque no en una parte importante haber nacido para ello, pero con esfuerzo, casi todo en esta vida se consigue.
En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) ha avanzado a pasos agigantados y ha revolucionado numerosos campos, desde la medicina hasta el transporte. Uno de los aspectos en la que es más empleada y ha mostrado un gran potencial es en la creación de contenido, incluido el Storytelling.
Sin embargo, a pesar de los avances logrados, la idea de que los programas de IA pueden generar narrativas emocionalmente impactantes a mi parecer sigue siendo una quimera. En este artículo, intentaré razonar las limitaciones que la IA tiene a mi parecer en la creación de historias verdaderamente emocionales y las razones que hay detrás de esa imposibilidad.
La falta de humanidad:
Aunque los programas de IA han demostrado ser capaces de generar textos coherentes y cohesivos, carecen de la experiencia humana necesaria para comprender y transmitir emociones de manera auténtica y real. Las emociones son complejas y están arraigadas en nuestras experiencias, relaciones y contextos de la vida real. La IA no puede interpretar todas las emociones que podemos sentir debido a su falta de experiencia personal y la incapacidad para crear emociones por sí misma.
La interpretación personal y subjetiva:
Las emociones en el Storytelling a menudo se basan en la interpretación personal de los eventos y los personajes. Lo que puede evocar lágrimas en una persona puede no afectar a otra de la misma manera. La IA, al carecer de una perspectiva subjetiva, no puede comprender realmente cómo diferentes audiencias pueden responder emocionalmente de forma tan distinta a una historia. La imposibilidad de capturar la subjetividad humana limita la capacidad para suscitar narrativas verdaderamente emocionales.
La empatía y la conexión humana:
La empatía es un componente fundamental del Storytelling emocional. Las personas se conectan con las historias cuando pueden identificarse con los personajes, comprender sus luchas y experimentar sus emociones. La IA carece de la empatía intrínseca necesaria para comprender y conectar con las emociones de los demás. Si bien es posible que pueda generar un relato que evite errores técnicos y sea gramaticalmente correcto, la falta de empatía condiciona su talento para generar una conexión emocional significativa con la audiencia.
Creatividad y la originalidad:
La creación de una narrativa emocionalmente impactante requiere de creatividad y originalidad, dos elementos que son difíciles de definir y cuantificar incluso para los seres humanos. La IA se basa en algoritmos y patrones preexistentes, lo que la limita para generar ideas verdaderamente innovadoras. Aunque puede originar historias que siguen una estructura narrativa básica, le falta la chispa creativa y la capacidad para sorprender al público, aspectos esenciales a la hora de redactar una historia emocionalmente llamativa, que sea capaz de atraparte.
El factor humano:
El Storytelling es un arte arraigado en la condición humana. A lo largo de los tiempos, hemos compartido historias como una forma de transmitir conocimientos, valores y emociones. Las narrativas emocionalmente poderosas son gestadas por seres humanos que experimentan el mundo, entienden las complejidades de la vida y sobre todo intentan trasladarnos a nuestra parte más emocional.
No sé si en un futuro lejano o tal vez más próximo de lo que pienso, la IA pueda sustituir a “los contadores de Historias” pero mi opinión actual, si de un partido de futbol se tratará el Storyteller gana por GOLEADA a la IA, y dudo que sea capaz de sustituirlo.
Como bien dice Èlia Guardiola: “Estamos hechos de historias, de momentos y experiencias”. Mientras otros están hechos básicamente de patrones y algoritmos.